VIII Jornadas de La Tapa de Albacete
Este fin de semana hemos estado en Albacete, donde se celebraban las VIII Jornadas de la Tapa, una iniciativa de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Albacete. Estas jornadas nos gustan especialmente ya que te permite degustar nuevos sabores y texturas y también te da la oportunidad de conocer nuevos restaurantes a los que no has acudido, bien por desconocimiento, bien por el precio del servicio.
Así que como ya hiciéramos hace un año (ver entrada de 2012), hemos hecho nuestra propia ruta culinaria en busca de la mejor tapa. La verdad es que es difícil elegir entre los 141 establecimientos que se han adherido este año a las jornadas de la tapa y sobre todo es complicado saber por dónde empezar, así que fuimos improvisando.
A continuación, compartimos con vosotros las tapas y restaurantes que probamos este fin de semana (igual si volvemos la semana que viene hay otro post). El orden obedece a nuestra predilección, absolutamente personal, para lo que tenemos en cuenta tanto el sabor y la textura, como la presentación y la originalidad. Como novedad, este año os hacemos una breve presentación del restaurante en cuestión.
Desde su apertura hace 40 años, este restaurante ha ido evolucionando y adaptándose a los tiempos sin romper la tradición ni su enfoque a las tapas, combinando la cocina tradicional manchega con el toque de cocina creativa más actual.
La tapa que ofrecían es un pastel de ternera estofada con reducción de tinto, queso y manzana confitada. Aunque teníamos otro destino en la ruta, fue un acierto detenernos, motivados por las numerosas personas que acudían en ese momento al restaurante, ya que de otro modo nos hubiéramos perdido una muy buena tapa, tanto en sabor como en textura, con una carne que se deshacía en la boca. Por todos estos factores la situamos en tercer lugar en el ranking de nuestra (primera) ruta de estas jornadas.
La tapa estaba compuesta por un chipirón a la plancha con una suerte de trampantojo de tallarines hechos de tocino con el color que le proporciona la tinta de calamar. El chipirón estaba en su punto y los “tallarines” le daban un punto especial de sabor, aunque quizás nos faltaba un punto de riesgo o de complejidad para estar más arriba en nuestro ranking.
La tapa consistía en un Huevo poché, a baja temperatura, con espuma de patata trufada y chorizo ibérico al vino blanco. Sin duda es un plato de calidad en el que pudimos apreciar el dominio de la técnica culinaria que hay detrás del plato y nos gustó su sabor, aunque no terminamos de saborear la espuma de patata trufada y quizás nos sorprendió demasiado la textura del huevo, seguro que por la falta de costumbre.
Así que como ya hiciéramos hace un año (ver entrada de 2012), hemos hecho nuestra propia ruta culinaria en busca de la mejor tapa. La verdad es que es difícil elegir entre los 141 establecimientos que se han adherido este año a las jornadas de la tapa y sobre todo es complicado saber por dónde empezar, así que fuimos improvisando.
A continuación, compartimos con vosotros las tapas y restaurantes que probamos este fin de semana (igual si volvemos la semana que viene hay otro post). El orden obedece a nuestra predilección, absolutamente personal, para lo que tenemos en cuenta tanto el sabor y la textura, como la presentación y la originalidad. Como novedad, este año os hacemos una breve presentación del restaurante en cuestión.
El Callejón: Ravioli de presa ibérica con salsa de cacao
El Callejón es uno de los restaurantes más afamados de Albacete, donde toreros, futbolistas y gente de negocios acuden para disfrutar de su ambiente taurino y su especialidad en comida típica manchega.
La tapa que presentaban era un ravioli de jugosa presa ibérica con una deliciosa salsa de cacao y acompañado de un crujiente de pimiento.
Por la calidad y el sabor del conjunto de la tapa lo situamos en primer lugar de nuestro particular Ranking.
Cuerda: Man Cheri
El restaurante Cuerda era cita obligada para nosotros después de degustar la original tapa del año pasado: las pan-tuflas, de las que ya os hablamos en el blog.Desde su apertura hace 40 años, este restaurante ha ido evolucionando y adaptándose a los tiempos sin romper la tradición ni su enfoque a las tapas, combinando la cocina tradicional manchega con el toque de cocina creativa más actual.
La tapa consistía en un pastel de queso de cabra con base de pan de chocolate, virutas de queso, chocolate amargo, licuado de albahaca y guinda.
Cuando el camarero nos describió los ingredientes pensamos que era una apuesta arriesgada para unas jornadas como estas, sobre todo de cara a la aceptación (y votación) del gran público, pero hay que decir que nos sorprendió muy gratamente, sobre todo tras degustarla. Las diversas combinaciones de los sabores casaban a la perfección y parecía que las proporciones de los ingredientes eran acertadas para aportar una experiencia nueva al paladar.
En el ranking, la situaríamos a la par a la tapa del Callejón. Quizás en segundo lugar por aquello de que la combinación de ingredientes puede resultar más chocante o puede agradar menos a ciertos paladares. Aunque, evidentemente, no fue nuestro caso.
Álvarez: Tatín Ibérico
Familiar y cercano con un toque de chef. Así se describe el restaurante Álvarez, en el que se pueden degustar platos tradicionales tanto de mar como de tierra y su variedad de caldos, además de su menú "El Cuaderno del Quijote".La tapa que ofrecían es un pastel de ternera estofada con reducción de tinto, queso y manzana confitada. Aunque teníamos otro destino en la ruta, fue un acierto detenernos, motivados por las numerosas personas que acudían en ese momento al restaurante, ya que de otro modo nos hubiéramos perdido una muy buena tapa, tanto en sabor como en textura, con una carne que se deshacía en la boca. Por todos estos factores la situamos en tercer lugar en el ranking de nuestra (primera) ruta de estas jornadas.
King’s: Carrillada ibérica en suave escabeche con mix de hongos.
El Café-Bar King's fue nuestra primera parada en la ruta del año pasado, debido a que en ese momento era el que iba en cabeza en las votaciones. Este año, volvemos debido a la originalidad de su presentación. Aunque no hemos encontrado mucha información sobre el sitio, ni lo conocimos hasta el año pasado, el local estaba lleno, buen síntoma, y además nos demostró en ambas ocasiones que es un buen sitio para tapear.
La tapa que nos ofrecían en esta ocasión era un escabeche de carrillada ibérica con hongos y venía presentada en una lata de conserva simulada. La carne se deshacía en la boca y el sabor era muy bueno. Es cierto que nos llegó a recordar a la tapa del año pasado, ya que la de este año tenía una textura parecida, aunque los sabores fueran diferentes. Aun así, estaba muy rica y destacamos su presentación.
Quintapenas: Coca de tataki de atún con pimientos asados y espuma de wasabi
El Restaurante-tapería Quintapenas sorprende con imaginativas tapas y platos de autor, avalados por la historia culinaria de la ciudad, ya que cuenta con la experiencia de una familia dedicada a la restauración desde los años sesenta y con casos de éxito como la célebre Marisquería Capri.
La tapa propuesta era una coca de tataki de atún con pimientos asados y espuma de wasabi. Muy buena tanto la textura como el sabor del atún y la combinación con el pimiento, más tradicional, y el wasabi, que aporta el sabor más oriental.
El Alambique: Casco de patata con salteado de beicon y puerros con nuestra salsa
Situado en el epicentro del ocio de Albacete, el restaurante El Alambique es un conocido como uno de los mejores sitios para cenar de tapas, por su variedad y la calidad de las mismas.
La tapa era un casco de patata, a modo de tostada, con salteado de beicon (que sí, que se escribe así) y puerros con su salsa. También iba acompañado de una trompetilla de crujiente relleno de gambas (por lo que yo tuve que retirarlo -sin más problema-, por aquello de la alergia). Aunque sencilla, su presentación es original y recuerda a las típicas tostas que tan bien hacen en el restaurante. Además, el sabor del conjunto era más que correcto.
Posada Real: Chipirón, Tallarines de ibéricos y Tinta
En el restaurante Posada Real, se puede degustar tanto la cocina tradicional como platos de vanguardia. Aunque es conocido por sus salones, también se puede disfrutar de su Gastro-bar, con tapas y pinchos en los que predomina la gastronomía local y la calidad.La tapa estaba compuesta por un chipirón a la plancha con una suerte de trampantojo de tallarines hechos de tocino con el color que le proporciona la tinta de calamar. El chipirón estaba en su punto y los “tallarines” le daban un punto especial de sabor, aunque quizás nos faltaba un punto de riesgo o de complejidad para estar más arriba en nuestro ranking.
Certezas: El Garrotazo.
En el restaurante Certezas se puede degustar una cocina de la tierra con un aire renovado y creativo, de la mano de las mejores materias primas y regado con caldos de los mejores rincones de España.La tapa consistía en un Huevo poché, a baja temperatura, con espuma de patata trufada y chorizo ibérico al vino blanco. Sin duda es un plato de calidad en el que pudimos apreciar el dominio de la técnica culinaria que hay detrás del plato y nos gustó su sabor, aunque no terminamos de saborear la espuma de patata trufada y quizás nos sorprendió demasiado la textura del huevo, seguro que por la falta de costumbre.
Nota Aclaratoria
Las opiniones aquí vertidas son totalmente personales y particulares del "equipo de NosPonemosFinos.es". En ningún caso son opiniones profesionales ni patrocinadas (ya hubiéramos querido, que bien que pagamos las tapas) ni influidas por factores ajenos a nuestro gusto por el buen comer. Aunque lo aquí expuesto puede ser objeto de modificaciones fácilmente, que tampoco es por falta de interés. ;)
Fuera de bromas, sólo perseguimos compartir nuestras experiencias gastronómicas, como con el resto de entradas.
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El mobiliario de un restaurante es fundamental para crear una atmósfera acogedora y atractiva para los clientes. Es importante elegir piezas que sean cómodas, duraderas y que se adapten al estilo del establecimiento. Además, el mobiliario debe ser funcional y permitir una buena circulación de los comensales y del personal de servicio. En resumen, el mobiliario de un restaurante es una inversión clave para el éxito del negocio.
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